En España, el 30% de la población experimenta manifestaciones ocasionales de ardor de estómago y regurgitación* El 70% experimentan estas molestias dos días a la semana.
La acidez en el estómago es un fenómeno normal y esencial para la digestión. Sin embargo, pueden surgir molestias cuando esta acidez se vuelve excesivamente alta o cuando sobrepasa los límites del estómago y asciende hasta el esófago.
Cuando comes, los alimentos primero se mastican y mezclan con la saliva en la boca, donde las enzimas comienzan a descomponer A continuación, los alimentos bajan por el esófago. Una vez en el estómago, las células G detectan los alimentos, especialmente las proteínas, y producen una hormona llamada gastrina, que le indica al estómago que secrete ácido clorhídrico. El cual es vital para descomponer las proteínas, facilitando así nuestra digestión.
Entonces, ¿por qué esta acidez no provoca ningún daño a nuestro estómago? El mucus producido por las células del revestimiento del estómago desempeña un papel crucial en la protección de nuestro sistema digestivo. Este gel espeso cubre la mucosa gástrica, formando una barrera protectora contra el ácido. Sin este mucus la acidez podría dañar la pared del estómago, provocando úlceras y muchas otras afecciones gastrointestinales.
El estómago produce más de 1.5 litros de ácido cada día
Imagina que tu estómago es similar a una botella con un tapón especial, conocido como el esfínter esofágico inferior (EEI). Este tapón es crucial porque impide que el líquido ácido del estómago suba por el esófago. Normalmente, el EEI se abre para permitir el paso de los alimentos al estómago, y luego se cierra herméticamente para mantener todo en su lugar. Sin embargo, si este tapón no se cierra correctamente o se abre cuando no es necesario, el líquido ácido puede subir al esófago.
A diferencia del estómago, el esófago no tiene una capa mucosa protectora. Por este motivo, cuando el contenido ácido del estómago sube al esófago, la pared del esófago puede irritarse o dañarse, lo que puede provocar sensaciones dolorosas, como ardor, e incluso hinchazón o eructos frecuentes. ¡Es como si la botella tuviera una fuga por arriba!
Este fenómeno de disfunción del EEI puede aparecer con la edad, en casos de obesidad o durante el embarazo. La alimentación, principalmente el consumo de alimentos picantes, grasos o ácidos, así como bebidas como el café, el alcohol y los refrescos tienden a intensificar el reflujo ácido. Asimismo, el tabaco, ciertos medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos o incluso las infecciones bacterianas pueden contribuir al debilitamiento del EEI.
Algunas prácticas simples pueden ayudar a limitar el reflujo ácido y las sensaciones dolorosas asociadas:
El pH, que mide la acidez o alcalinidad de una solución, varía considerablemente con los alimentos que consumimos. Alimentos como los cítricos, el café y los alimentos picantes suelen tener un pH bajo, es decir, son más ácidos, mientras que frutas y verduras, como los plátanos y las espinacas tienen un pH más alto, o sea, son más alcalinos.
El índice PRAL (Potencial Renal de Acidificación de los Alimentos) es una herramienta que clasifica los alimentos según su efecto ácido o alcalino sobre organismo. Los alimentos con un índice PRAL positivo contribuyen a la acidez corporal, mientras que aquellos con un índice PRAL negativo tienen un efecto alcalinizante.
Por eso es aconsejable elegir alimentos fáciles de digerir y que no irriten el esófago, Por ejemplo, los vegetales verdes, los cereales integrales, las proteínas magras como el pollo o el pescado cocido al vapor, así como las nueces en pequeñas cantidades. También es importante reducir el consumo de alimentos y bebidas conocidos por agravar las molestias digestivas como los alimentos fritos y grasos, los cítricos, las bebidas carbonatadas, el café y el chocolate.
Dividir las comidas en lugar de comer en exceso puede ayudar a evitar que se sobrecargue el estómago, reduciendo así la presión que puede empujar el contenido del estómago hacia el esófago.
También se recomienda evitar comer justo antes de acostarse y mantener una postura erguida después de las comidas para favorecer una buena digestión y minimizar los riesgos de reflujo.
Reducir el nivel de estrés puede ayudar a limitar el fenómeno del reflujo ácido. En particular, la actividad física es una solución eficaz porque se liberan endorfinas, a menudo conocidas como las "hormonas de la felicidad", que pueden reducir la sensación de estrés.
Los complementos alimenticios resultan ser excelentes aliados para el confort digestivo. Pueden alivio y contribuir a restaurar el equilibrio natural del estómago. Los ingredientes activos, tales como las sustancias alcalinizantes, como el extracto de raíz de olmo rojo y el bicarbonato de calcio, pueden ayudar a neutralizar el exceso de ácido. Otros componentes, como el extracto de raíz de jengibre, el aloe vero, la manzanilla y el regaliz pueden calmar la mucosa gástrica irritada y promover la cicatrización.
GASTRIVANCE ha sido desarrollado aliviar las molestias gástricas y favorecer la digestión. Su innovadora composición, que combina extractos naturales de plantas y minerales con propiedades alcalinizantes, lo convierte en una solución ideal para ayudar a calmar los trastornos digestivos. Contiene extracto de regaliz de la marca GUTGARD®, cuya eficacia para la salud digestiva diaria está clínicamente probada.
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Más información:
https://omekaste.cinfa.com/academia-digestiva/sintomas-del-reflujo-gastroesofagico/
Bibliografía:
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Review article: The pathophysiology of gastro-oesophageal reflux disease.